miércoles, 5 de febrero de 2014

El buen decir.

En estos tiempos, hemos entrado en una dinámica, que yo llamo del "falso consuelo"
Ante los acontecimientos sociopolíticos, que nos causan justificada preocupación, nos amparamos en cualquier frase, de falso consuelo, que nos encontramos. No miramos si está bien, o mal escrita. La compartimos mil veces, con errores incluídos, sólo porque nos sentimos falsamente amparados.
Esta práctica, no es más, que una manifestación del deterioro del ser humano.

Es una equivocación, quedarse sólo con el fondo o la forma. Ninguno tiene sentido sin el otro.
Un mensaje muy bien escrito, y carente de fondo, es inútil. Igualmente, una buena idea escrita de forma catastrófica, sólo contribuye a la divulgación de la mala letra.

Miremos las dos caras de la moneda, siempre.
Duna.

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